Decálogo vinos parte 1

Decálogo para saber de vinos: Parte 1

Aprender de vino no es fácil. Se necesita tiempo, dedicación y un buen número de pautas que, aunque son fáciles de interiorizar, requieren disciplina. No obstante, la pasión por la materia hace que el aprendizaje se convierte en un verdadero placer. Seguramente, se podría añadir alguna más, pero creo que estas son las diez que, en mi opinión, son sagradas para saber de vino, si es que algún día se llega a saber realmente sobre esta materia. Vamos con las primeras cinco reglas:

1º) Paciencia: Conocer el mundo del vino es algo que implica tiempo. Si queremos aprender rápido vamos mal, pues todo aprendizaje lleva su tiempo. Además, el camino es el verdadero objetivo, pues nunca se alcanza el final, ya que el mundo del vino está en permanente evolución.

2º) Querer aprender realmente: Es muy fácil afirmar que nos gusta el vino y que queremos aprender sobre este maravilloso mundo, pero para ello es necesario ser constante y, además, renunciar a un buen número de prejuicios adquiridos por ignorancia. Así, resulta imprescindible tener la mente abierta a cualquier zona vinícola, productor o vino que tengamos en una copa. Hay que ser curioso y estar interesado en descubrir un universo al que se es ajeno.

3º) Beber: El verbo no debe entenderse como tomar un líquido como si fuera agua, sino siendo consciente de que lo que uno se lleva a la boca es mucho más que algo que nos quita la sed. El vino es un alimento que potencia los sabores y su maridaje nos permite conocer mucho mejor tanto lo que comemos como lo que bebemos.

4º) Catar: El hecho de catar es distinto al de beber. Catar es analizar lo que se bebe, tanto visual, olfativa y gustativamente. Desmenuzar cada uno de los aspectos de un vino. La cata a ciegas es un ejercicio excepcional para poder desnudar un vino sin prejuicios. A su vez, catar conlleva pensar en lo que estas bebiendo con todos tus sentidos.

5º) Realizar cursos sobre vino: Empezar de cero es arduo, pues este es un mundo inabarcable. La mejor forma de introducirse en el vino es realizando cursos, empezando por los de iniciación y continuando con otros más avanzados y, por supuesto, monográficos sobre variedades o zonas vinícolas. Resulta fundamental que esos cursos estén impartidos por personas, bien sean profesionales o no, que tenga sensibilidad y, por supuesto, que respeten la filosofía del terroir.

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