Vamos con las otras cinco reglas del catálogo.
6º) Estudiar y leer: El verdadero conocimiento de una materia se adquiere por el estudio teórico y práctico. El vino no es una excepción. No basta con abrir y abrir botellas, también resulta necesario estudiar zonas, vinos, productores; leer revistas, blogs; y, por supuesto, seguir en redes sociales a gente que comparte nuestra pasión. Hay libros de consulta que son verdaderas biblias y que conviene tener a mano. El constante contacto con la materia es lo que realmente nos hace aprender, evolucionar y estar al día.
7º) Viajar a las zonas vinícolas: Cuando uno visita una zona toma verdadera constancia del lugar, de sus gentes, de su gastronomía, de su idiosincrasia y de su alma. Por estos motivos, resulta imprescindible conocer a fondo las diferentes zonas vinícolas del mundo, pues es la mejor forma de comprender el contenido de una botella. Además, es una forma de aumentar el placer que ofrece un vino, porque viajar, para la mayoría de la gente, es otra manera de distracción.
8º) Gastar (invertir) dinero: Puede parecer una tontería, pero gastar dinero comprando vino no lo es. Quizás, la palabra adecuada no sea gastar, pues el conocimiento siempre es una inversión. El amante del vino, si quiere aprender, tiene que estar dispuesto a destinar una parte de su presupuesto en ello. Posiblemente, al principio le parezca desproporcionado, pero esta es una regla indispensable si queremos aprender. A su vez, nos llevará a comprender por qué unas zonas y vinos tienen un reconocimiento y otros no tanto.
9º) Compartir: Las opiniones de los amigos o compañeros de cata favorecen el aprendizaje, amén de que todos estaremos de acuerdo si afirmo que el vino compartido sabe mucho mejor. Un punto de vista distinto al nuestro siempre nos abre los ojos y nos posibilita ver lo que tenemos delante con otra perspectiva. Además, las botellas compartidas nos permiten conocer otros vinos que posiblemente no hubiéramos conocido de no ser porque alguien ha decido llevarlo a un evento.
10º) Disfrutar: Todo resulta más fácil de aprender si disfrutamos con lo que estamos haciendo. El vino tiene muchas connotaciones, pero es irrefutable que alrededor de una copa de vino las cosas se ven con una perspectiva positiva. Además, el vino siempre es un motivo de felicidad y, simplemente, por este motivo vale la pena abrir una botella.