Parker

Parker

A pesar de que este no sea un elaborador de vino, posiblemente, el nombre de Robert Parker sea uno de los más importantes en el mundo enológico. En cierto modo, desde hace ya varias décadas, su influencia ha marcado tendencia en algunos productores, especialmente en aquellos que elaboran sus vinos buscando sus famosos puntos. Se dice que a Parker le gustan los vinos con madera noble y de mucha extracción, con ciertas semejanzas a los burdeos. Particularmente, no creo que exista un gusto Parker, pues este tiene distintos colaboradores que se dedican a catar los diversos vinos del mundo y, obviamente, cada uno tiene sus gustos y preferencias.

En el año 1975, este abogado, colega de profesión, comenzó a escribir una guía sobre vinos que acabaría convirtiéndose en la famosa revista “The Wine Advocate”. Hoy en día, la realidad es que los puntos Parker pueden encumbrar a un vino y elevar considerablemente su precio. Esta circunstancia no es baladí, pues pensemos en las consecuencias económicas que una buena puntuación del crítico puede suponer para cualquier bodega.

En España, el encargado de valorar y puntuar nuestros vinos es Luis Gutiérrez, también lo hace en Argentina, Chile y el Jura. En general, salvando contadas excepciones, estoy bastante de acuerdo con sus valoraciones, por lo que siempre es una referencia a la hora de beber un vino. Amén de que estas han situado nuestros vinos en el panorama internacional, reivindicando la calidad de muchas zonas vinícolas que, tradicionalmente, han estado a la sombra de Rioja o Ribera del Duero.

La puntuación de Robert Parker no es la única referencia relevante, también Wine Spectator, Jancis Robinson o la Guía Peñín, esta última en España, tienen su peso y seguidores. Aunque llegados a este punto, cabe preguntarse sobre la utilidad de establecer valoraciones. Los detractores ponen de manifiesto la injusticia que implica puntuar un vino, siempre subjetivo, además, del recelo económico que puede existir detrás de una buena valoración. Los seguidores alegan el aspecto positivo de tener la referencia de contrastados expertos. En cualquier caso, estoy seguro de que todos, en mayor o menor medida, miran de reojo los puntos que los críticos y sus colaboradores conceden anualmente a los vinos que más les interesan. De lo que tampoco tengo duda es que todo vino cien puntos Parker, o que ronda esa puntuación, no es ninguna nimiedad.

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