Mis vinos 2022

Mis vinos 2022

Un año más, toca recordar aquellos vinos que han sido “especiales” durante estos últimos doce meses. Este año también he vivido grandes ocasiones, que tuvieron su cenit con la victoria, junto a mi querido amigo Felipe, en el Canarias Wine Challenge, celebrado el 23 de octubre en Agüimes, Gran Canaria. El orden de los vinos es aleatorio, si bien voy a empezar, primero, por los espumosos, les seguirán los blancos y, finalmente, los tintos. Ni que decir tiene que todos ellos me han emocionado y que, como no podía ser de otra forma, esta entrada está dedicada a las personas con las que los he compartido.

1º) CHAMPAGNE KRUG. GRAND CUVEE 164 EDITION.

¡Quién no haya bebido nunca un Krug que salga corriendo a conseguir uno! ¡Qué nivel de perfección y cuanta delicadeza en una copa! Bebido con mis amigos del Benageber Council en uno de nuestros encuentros.

2º) CHAMPAGNE FLEURY. EXTRA BRUT 2010.

Otra bestia parda con traje de satén. A diferencia del anterior, este Fleury era sumamente vinoso, una pinot noir -mayoritariamente- de finas y elegantes burbujas. Con este vino, mi amigo Paco decidió celebrar su cumpleaños en el Rodamón y compartirlo con David, Felipe y un servidor.

3º) DOMAINE DES ROCHES. THIERRY GERMAIN. L’INSOLITE 2014.

La chenin blanc es una de esas variedades que bien elaboradas me enamoran. Esa afilada acidez unida al punto de fruta blanca son palabras mayores cuando la botella envejece unos años. Bebido con mi querido amigo Antonio en Entrevins.

4º) DOMINIO DEL ÁGUILA. ALBILLO VIÑAS VIEJAS 2015.

La selección de aquella comida, que mi amigo Felipe organizó en Erajoma, ha sido una de las más espectaculares de este año. Era la primera vez que bebía este vino y me sorprendió por su acidez, por su potencia equilibrada y su rotundidad. Afortunadamente, lo repetí poco después con mis amigos Esteban y Nacho… ¡Vaya día, por cierto!

5º) JEAN CLAUDE RAMONET. GRAND CRU BATARD-MONTRACHET 2017.

Un viaje a Borgoña con mis amigos Mario, Esteban y Salva. Aquella comida en el restaurante Ed. Em fue el cenit de unos días de amistad, risas y buen rollo. Batard -Montrachet es uno de los viñedos míticos de Borgoña y este Ramonet fue, sin duda, el mejor de todo el viaje… y eso es mucho decir.

6º) MARQUES DE MURRIETA. CASTILLO DE YGAY. GRAN RESERVA ESPECIAL COSECHA 2004.

Antes ya he comentado que la cata de Felipe fue brutal, aquí tenéis otro ejemplo. Cada vez que he bebido un Castillo de Ygay me ha emocionado y este de 2004 no fue una excepción. ¡Una auténtica maravilla!

7º) CLAIRE NAUDIN. ALOXE CORTON 2017.

En julio me tocaba organizar la cata mensual y quería incluir una pinot noir que no dejara indiferente, algo que, en los últimos tiempos, resulta complicado a una “cantidad pagable”. Así fue. De forma unánime, fue el mejor vino de la noche. Increíble la finura de Claire Naudin en la elaboración de sus vinos. Este vino lo conseguí gracias a Esteban y Carlos.

8º) CHÂTEAU LA NERTHE. LES CLAVELLES. CHÂTEAUNEUF DU PAPE 2016.

¡Qué buenos recuerdos! Este es el vino top de La Nerthe, elaborado cien por cien con garnacha. Elegante a rabiar. Pero no lo he elegido solo por este motivo, sino porque lo compramos en la bodega el día antes de nuestro bronce en el Mundial de Cata a Ciegas de 2021, celebrado en Avignon.

9º) CHÂTEAU RAYAS. CHÂTEAUNEUF DU PAPE. RÉSERVÉ 2009.

Palabras mayores de otro vino de Châteauneuf du Pape elaborado exclusivamente con garnacha. Cuando un vino es mítico no lo es por casualidad. ¡Enorme! Vino bebido con el Benagéber Council en el restaurante Ginebre.

10º) COS D’ESTOURNELL. SAINT ESTÈPHE 2004.

Es difícil que Burdeos no esté entre mis doce vinos del año. Mi amigo David tuvo la feliz idea de elegir este vino para su cata del año y fue el vino de la tarde. La potencia de Burdeos, bien domada, es pura magia. Lo bebimos en Ca Xoret.

11º) PAOLO SCAVINO. LANGHE. NEBBIOLO 2020.

Otro viaje exaltación de la amistad, de la risa y del vino. Esta vez, Piamonte. Es un Langhe, vino sencillo dentro de las muchas posibilidades que podemos encontrar en Barolo y Barbaresco. No obstante, lo he escogido porque fue el primer vino que bebimos nada más llegar y nos pareció, después de tantas horas de viaje, el mejor vino del mundo. Bebido en Neive, en el restaurante Degusto.

12º) BIONDI SANTI. BRUNELLO DI MONTALCINO 2016.

A lo largo del año, he tenido la gran suerte de beber un Biondi Santi en varias ocasiones. En todas ellas, me emocionó. He elegido la añada del 2016 para recordar el último de los vinos de la final del Canarias Wine Challenge 2002, celebrado en Agüimes. ¡Qué dolor, lo fallamos, pero qué bueno estaba! En desagravio Papá Noel me ha traído uno ;-))

Elegir mis doce vinos del año no resulta fácil, pues han sido muchos los grandes momentos vividos con muchos amigos, así que gracias a todos con los que he compartido un vino en 2022, porque seguro que fue una ocasión feliz.

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