Tópicos absurdos: blancos o tintos

Tópicos absurdos: blancos o tintos

Siguiendo con los tópicos absurdos, el de “yo soy más de blancos que de tintos” o viceversa, es otro de los habituales. Me cuesta creer que a alguien que realmente le guste el vino haga tal afirmación. Entiendo que la gente tenga sus preferencias, pero, en mi opinión, no es justo comparar entre vinos blancos y tintos.

            Los vinos blancos son blancos, los tintos, tintos, los espumosos, espumosos y los dulces, dulces. Compararlos no tiene sentido. Cada tipo de vino tiene sus características. Unos proceden de variedades blancas otras de tintas y según su forma de elaboración estas pueden dar vinos secos, espumosos o dulces, pero fermentadas todas son vino. Quien afirme que es más de blancos que tintos o viceversa, muy posiblemente no haya probado suficientes blancos o suficientes tintos. El mundo del vino es tan extenso en variedades blancas y tintas que, una vez más, es injusto generalizar.

Aquellos que “son más de blancos” consideran que estos tienen menos potencia, son más ligeros y suaves. En general, les resultan más agradables y fáciles de beber. Mientras que los que “son más de tintos” tienen la creencia de que los blancos no tienen la estructura y categoría de los tintos. Los consideran inferiores porque piensan que los tintos son la verdadera esencia de los vinos.

            Dentro del mundo de los blancos existe un extenso abanico de grandísimos vinos. Con estructura, potencia, peso, sabor y elegancia. Algunos de ellos, mucho más que determinados tintos. A vuela pluma, en la Côte de Beaune, Borgoña, la chardonnay produce vinazos en Mersault, Puligny Montrachet, Chassagne Montrachet. En Alemania, un país desconocido a nivel vinícola para gran parte de la población, la gran dama blanca es la riesling que da vinos extraordinarios en Mosela, Rin, Nahe o Palatinado. Incluso en España hay fantásticos vinos blancos. En la misma Rioja, Castillo de Ygay de 1986, de Marqués de Murrieta, tiene cien puntos Parker. Por supuesto, estos son solo algunos ejemplos a los que podría sumar muchos otros.

Todo es vino. El producto de la transformación de la uva en alcohol, solo que unas fermentan con hollejo de uva negra y otras de uva blanca, o si lo hacen es con su hollejo. Aunque esto último nos llevaría a hablar de los vinos naranjas y este tema es harina de otro costal.

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