Como en cualquier ámbito de la vida, en el mundo del vino hay un montón de tópicos absurdos. Tal vez solo sea la mala costumbre que tiene la sociedad de poner en entredicho las opiniones de nuestros semejantes para hacer valer las propias, aunque, en este caso, lo achaco a la falta de perspectiva y sobre todo de conocimientos. Voy a poner una serie de ejemplos en los que mucha gente se puede ver reflejada y con los que, tal vez, se entienda lo que quiero expresar.
En esta entrada, empezaré por uno de los tópicos más manidos: “yo soy más de Rioja que de Ribera” o viceversa. Una afirmación como esta carece de sentido. Generalizar siempre es injusto, amén de que implica tener una noción muy importante sobre los vinos de Rioja y sobre los Ribera del Duero, algo que no es lo común en el público general. Rioja tiene dos formas de elaborar vino, una clásica y otra moderna. Dentro de cada una existen diferentes bodegas con distintas peculiaridades y no por ello, necesariamente, unas son mejores que otras, tan solo diferentes y en ambos casos pueden elaborar vinos excepcionales. Además, podemos añadir que en Rioja existen tres zonas y también múltiples variedades, tintas y blancas. Igualmente, estos mismos argumentos son aplicables a Ribera del Duero, sin olvidarnos de que abarca Valladolid, Burgos y Soria.
Con todo esto quiero decir que el tópico “yo soy más de Rioja que de Ribera” o viceversa, implica un montón de variables que convierten la afirmación en un tópico realmente absurdo. Si hiciéramos una cata a ciegas de vinos de Rioja frente a otros de Ribera, la mayoría de los que realizan tal afirmación tendría serios problemas para distinguirlos porque, con similares formas de elaboración, hay vinos de Rioja y Ribera del Duero que tienen muchos puntos en común, algo lógico porque la tempranillo -llamada tinta fina o tinta del país en Ribera del Duero- es la uva predominante en ambas zonas vinícolas.
Incluso generalizando, particularmente, me resultaría complicado afirmar si me gustan más los vinos de Rioja o los de Ribera. Igual de complicado me resulta inclinarme hacia los vinos de la Rioja clásica frente a los de la moderna, porque en ambas formas de elaboración hay auténticas maravillas. Despuésés de este breve análisis ¿sigues siendo más de Rioja que de Ribera del Duero o viceversa?