Viva Penfolds

Historia de un vino que valió un campeonato

Acertar todos los vinos en un campeonato es prácticamente imposible. No creo que haya sucedido en alguna ocasión, ni creo que en un futuro se pueda dar. Las posibilidades son infinitas y los sentidos y los conocimientos tienen sus límites, por lo que la infalibilidad es una mera utopía.

De los ocho vinos del campeonato de España, fallamos, completamente, el primero, una baga de Quinta das Bágeiras, Brut Natural Rosé 2021 (Portugal); el quinto, una cinsault de Savage, ‘Follow the line’ 2021, Cape Town (Sudáfrica); y, aunque estuvimos cerca en el tercero, pues nos fuimos a una sauvignon blanc del Loira, la realidad es que se trataba de una chenin blanc, Les Petites Roches 2022, de Charles Joguet, Chinon (Francia). Sin embargo, con los otros cinco estuvimos muy certeros, pues casi “clavamos” dos, la listán blanco de Suertes del Marqués y la nebbiolo de Francesco Versio, y en el champán y el riesling solo fallamos con los productores. Ahora bien, si hay un vino del que estamos especialmente orgullosos de acertar es la shiraz de Penfolds, Bin 28 2019, Barossa Valley (Australia). Creo que fuimos los únicos en acertarla, ya que la mayoría de los participantes se decantó por una tempranillo de Rioja o de Ribera del Duero. Así llegamos a ella:

Nuestro sistema de cata se basa en darnos un minuto en silencio, a fin de que cada uno analice el vino y alcance sus conclusiones para, después, ponerlas en común. Tras ese lapso de tiempo, los cuatro coincidimos en que ni era un tempranillo ni tampoco un vino español, sino de Nuevo Mundo, pero ¿de dónde? Empezamos barajando la posibilidad de una malbec de Argentina, pero era demasiado oscura, dulce, potente y balsámica. Llegados a ese punto, Felipe Pardo, con un discurso rotundo, abrió el camino de nuestra respuesta final. Aquellas no eran características propias de la malbec, sino de un vino australiano. Los cuatro estuvimos de acuerdo. Estiramos el hilo y cada uno de nuestros razonamientos fue puliendo nuestra decisión hasta consensuar un lugar en concreto: Barossa Valley, concretamente una shiraz de Penfolds, añada 2019. Lo que sucedió después es historia: 26 puntos, los máximos posibles en un vino.

Sin duda, la suma de aciertos en el conjunto de los vinos nos llevó a ganar el campeonato, pero el hecho de ser el único equipo que “clavara” la shiraz australiana, nos ayudó, muy especialmente, alcanzar el éxito. ¡Viva Penfolds!

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