Wine bar, vinoteca, bar de vinos o, simplemente, “vinos” son carteles que frecuentemente podemos ver acompañando a los nombres de muchos bares y restaurantes, no solo de nuestro país, sino también de cualquier parte del mundo. Y es que la cultura del vino atrae a un buen número de personas que, con solo leer la palabra vino, se sienten interesadas por un lugar en el que consideran que pueden comer y beber medianamente bien.
Hace un tiempo ya escribí una entrada sobre el “washing”. En esta, quiero centrarme en la gran cantidad de bares y restaurantes que aprovechan el tirón de lo concerniente al vino para ofrecer un producto que, real y generalmente, se encuentra bastante lejos de la filosofía que uno considera adecuada.
Obviamente, no son todos, porque muchos de ellos son fieles a sus a su denominación, pero hay un buen número de locales que utilizan la palabra vino para publicitarse. Solo buscan eso, publicidad, porque cuando pides la carta de vinos te encuentras un listado de referencias sin alma y carente de toda lógica. Cartas que demuestran muy poca pasión por el vino. Desde luego, tener tienen, pero comercial y/o sin interés. Sus evocadores “wine bar”, “vinoteca” y similares, tan solo son un mero reclamo publicitario, sin más pretensión que conseguir la atención de un sector comercial que les pueda generar un beneficio económico.
Un bar de vinos no lo es porque así rece en un cartel. Lo es porque los vinos que sirven son fieles a la filosofía del terroir, porque el dueño del local tiene una pasión que quiere compartir con el cliente, porque existe una amplia variedad de opciones que permiten al consumidor viajar por diferentes partes del mundo, aunque pueda estar especializado en alguna zona en concreto, y porque si la comida que se sirve es importante, no lo es menos el vino que se bebe.
No es una cuestión de precio. Habrá vinos más económicos y otros más caros, pero siempre habrá un listado de vinos que nos permitirá ser felices con lo que bebamos y comamos, porque, además, salvo en contadas ocasiones, en todo restaurante que tenga devoción por el vino he comido bien o muy bien. Es una máxima que no me suele fallar. Así que, estemos al tanto para evitar los wine bar washing.