las diferencias entre priorat y montsant

Las diferencias entre Priorat y Montsant

El macizo del Montsant, visto desde Poboleda o desde Siurana es impactante a ojos de cualquier mortal. Simplemente, contemplar el paisaje que se extiende a sus pies bien vale un viaje, incluso sin una copa de vino en la mano. No en vano, el Montsant y el Priorat son dos de los destinos vinícolas más atractivos que conozco a nivel paisajístico.

El Priorat y Montsant son dos denominaciones de origen, con una tradición vinícola centenaria, que se ubican en la comarca del Priorat, Tarragona. Su cercanía es tal que, en ocasiones, resulta complicado saber donde empieza y donde termina cada una, pues, como si de un abrazo se tratara, el Montsant envuelve buena parte del Priorat. En ambas, prevalecen las uvas tintas de garnacha y cariñena, mientras que, en blancas, la macabeo y la garnacha blanca, especialmente, son las que tienen mayor importancia. Y a pesar de todo ello, las diferencias entre estas dos denominaciones son notables.

La diferencia más significativa radica en la composición de sus suelos. Mientras que en el Montsant predominan los terrenos argilocalcáreos, en el Priorat lo hace la pizarra, denominada “licorella”. La particularidad del suelo no es baladí, pues la pizarra dota a los vinos de gran mineralidad, mientras que los suelos calcáreos los hacen más frescos y frutales. Otro aspecto a destacar es la pluviometría, en términos generales, superior en Montsant.

Estos matices dotan a cada denominación de una idiosincrasia propia. De tal forma, que, en términos generales, podríamos decir que los vinos del Montsant son más frescos y con un mayor predominio de la fruta, mientras que los del Priorat son más minerales y tienen una mayor concentración. Además, estos últimos suelen tener notas balsámicas, de acético, incluso de pegamento, que los hacen inconfundibles. Aunque todo esto es sobre el papel, porque como decía Bob Dylan, los tiempos están cambiando, y cada vez son más los viticultores que buscan vinos más ligeros y frutales. Como siempre, la mano del viticultor resulta fundamental a la hora de interpretar el paisaje.

Esta entrada me recuerda que hace tiempo que no recorro las terrazas del Priorat. Será cuestión de solucionarlo.

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