Pepino vino

Pepinos

El término “pepino” es uno de los habituales dentro del mundo vinícola. Curiosamente, a pesar de que pueda parecer todo lo contrario, se utiliza para referirse a un gran vino. La palabra tiene su aquél porque, precisamente, una de las acepciones de la RAE es la de “cosa insignificante, de poco o ningún valor”. Como ejemplo tenemos la típica expresión “me importa un pepino”. Sin embargo, cuando hablamos de vino el significado es radicalmente opuesto: vinazo.

Lo qué exactamente queremos decir con la expresión ¡vaya pepino de vino! es que la botella que estamos bebiendo trasciende con creces los parámetros de la normalidad. Todos los vinos deben partir de la base del cumplimiento de la filosofía del terroir, que es la pieza angular sobre la que gira un buen vino, pero cuando nos encontramos ante uno, redondo, con alma, en el que todos y cada uno de sus matices son excelentes y nos provocan emoción, este se convierte en un “PEPINO”.

El vocablo deriva en otras palabrejas, aumentativos, diminutivos y otras inexistentes que inventamos sobre la marcha, producto de la emoción del momento y del grado de calidad. Así podemos encontrar términos como pepinazo, pepinillo, pepinarro, pepinón…

Los “pepinos” no tienen por qué ser especialmente caros, aunque es cierto que tampoco suelen ser botellas baratas. Lo que quiero decir es que no hace falta comprar una botella de tres cifras para disfrutar de un “pepino”, sino que entre un rango de treinta y noventa euros se pueden encontrar excelentes ejemplares. Por supuesto, conforme subimos el presupuesto es más fácil acceder a ellos, pero, ojo, no todos los grandes o caros vinos son “pepinos”, porque el precio o fama no garantiza la excelencia.

Voy a poner algún ejemplo de “PEPINAZOS” que haya podido beber recientemente: 4 Kilos 2019, de la bodega 4 Kilos (menos de 50 €); Insolite 2014, de Thierry Germain (menos de 50 €); Fleury 2010, de Champagne Fleury (menos de 90 €); Mas d’en Caçador 2019, de la Familia Nin Ortiz (alrededor de 100 €); Bruenllo di Montalcino 2016, de Biondi Santi (alrededor de 150 €).

Qué duda cabe que la terminología vinícola es sorprendente, pues en el mundo del vino el punto verde, insípido y acuoso, son notas que representan todo lo contrario a un buen vino, pero, a pesar de ello, el término “pepino” significa grandeza.

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