Hablamos de un destilado de tradición vitícola, con gran prestigio en España, que supone una inversión romántica y rentable
¿Qué te inspira su nombre? Tal vez sofisticación, estatus, elegancia. ¿Qué imagen te evoca? Una mano sosteniendo una copa balón entre los dedos. ¿Conoces el proceso de elaboración? Tal vez todavía lo confundas con el del cognac. ¿Y podrías mencionar algunas variedades? De frutas, de cereales, de Jérez… Espera, ¿eso es una variedad o una zona productora? El brandy, esa bebida espirituosa, no apta para todos los paladares, pero sí para los más entrenados, es a su vez un símbolo de refinamiento. También un negocio rentable, y romántico, dentro del sector vitícola.
Se trata de un aguardiente de alta graduación alcohólica, entre 36 y 40 grados, y a menos que se precise lo contrario (por ejemplo, que hablemos de brandy de frutas) está hecho con vino de uva. Aquí reside su principal diferencia con respecto a otras bebidas alcohólicas, como el ron o la ginebra, ya que se obtiene de la misma pulpa que los vinos. De ahí su nobleza, su encanto. Además, se añeja por largos períodos en toneles de roble, donde la destilación tiñe de amarillo el líquido, que con el paso del tiempo (crianza) se va tornando ámbar y, finalmente, caramelo.
En España, las tres principales regiones productoras de brandy son Jerez, el Penedés y Tomelloso, todas con denominación geográfica de venta. La principal diferencia con respecto al Cognac y el Armagnac es la localización. En los tres casos se emplean cepas de uva blanca para la producción, ya que está demostrada su mejor calidad en los destilados. Pero atendiendo a las directrices del Bureau National Interprofessionel du Cognac (BNIC), solo los destilados producidos en la región francesa de Cognac pueden gozar de ese nombre, protegido desde 1908 por la Denominación de Origen. El sabor también difiere ligeramente.
¿Y entonces de qué hablamos cuando hablamos de brandy de frutas? Pues de un producto que no ha sido necesariamente extraído de la uva, sino de manzanas, cerezas, albaricoques, ciruelas… La confusión viene directamente de Estados Unidos, ya que los grandes productores de aguardientes de frutas están en Europa y no utilizan la palabra brandy para referirse a su producto. El aguardiente de cereales, por su parte, es una variedad que tiende a confundirse con el whisky. Sin embargo, aquí el grano no está malteado ni tan envejecido.