viaje constante 2

Un viaje constante (II)

A lo largo de mi vida, he estado en muchas zonas vinícolas, no en todas, pues tengo pendiente la gran parte de Nuevo Mundo, especialmente Australia, Nueva Zelanda, Chile, Argentina y Sudáfrica, pero sí que conozco, prácticamente, la totalidad de las zonas de España, la mayoría de Europa, y también Napa y Sonoma, en California. La conclusión es que todas ellas tienen un encanto especial que viene marcado por el respeto a su producto estrella. Además, no conozco ninguna zona vinícola que no sea atractiva, ya que siempre hay numerosas posibilidades turísticas, además del vino. Por supuesto, hay zonas más bonitas e interesantes que otras, al igual que ocurre con las ciudades o países, pero, sin lugar a dudas, todas ellas tienen magia.

El paisaje de una zona vinícola nunca decepciona, pues el interés no queda ceñido, exclusivamente, a la naturaleza o a la belleza de los pueblos, sino que tenemos muchas otras opciones interesantes. Hay tradición, cultura, gastronomía, vida y un aroma que trasciende a los propios del vino. Como guinda, los amantes de la fotografía, grupo al que también pertenezco, disfrutamos tanto de una cosa como de la otra, por lo que las zonas vinícolas se convierten en nuestros destinos perfectos.

Como todo viaje, el disfrute comienza con la preparación. Debemos saber qué es lo que queremos visitar, qué productores queremos conocer y qué es lo que queremos beber. Trazar este planning nos facilitará mucho a la hora de cumplir con el objetivo. No dejemos al azar lo concerniente al vino porque, aunque en este mundillo los mejores momentos son los imprevistos, siempre es conveniente tener una hoja de ruta.

Lo ideal es viajar fuera de temporada alta, a ser posible evitando las fechas de las vacaciones de verano. Desgraciadamente, no siempre es posible, así que debemos adaptarnos al tiempo que disponemos. Si es factible, recomiendo excursiones breves, de dos o tres días, con amigos con los que se comparta la misma pasión por el vino. Esos viajes marcan un antes y un después. Amistad, pasión, disfrute, aprendizaje… ¿hay algo mejor?

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