hilos que coses diferentes zonas vinícolas blancos

Hilos que cosen diferentes zonas vinícolas – Blancos

Por Juan Luis Vanrell

Con los vinos blancos sucede lo mismo que con los tintos en cuanto a conexiones. Hay un eje muy marcado que, cuando cato a ciegas, tiende a marearme: Rías Baixas-Chablis-Loira (chenin blanc)-Austria, en general. El albariño, la chardonnay de Chablis, ciertas chenin blanc y la grüner veltliner tienen muchas coincidencias que a veces llevan a confusión.

            Hablando siempre en términos generales, la acidez y mineralidad de estas cuatro variedades de uvas tiende a dar notas muy parecidas. La albariño es una uva muy de mar. La chardonnay, en Chablis, viene marcada por la verticalidad de los suelos de tiza. La chenin blanc, elaborada por determinados vignerones, pierde las notas de fruta blanca exhibiendo mucha acidez. Y la grüner veltliner expresa el frío austriaco, pero con recuerdos de las anteriores uvas. El resultado son vinos característicos de su zona, pero con ciertas notas organolépticas semejantes. A botella vista, no generan duda alguna, pero a ciegas es otra historia.

            Recientemente, organicé una cata a ciegas en las que junté estos cuatro vinos: Pazo Señorans, Selección Añada 2011, Rías Baixas; Martin Muthnthaler, Vergelt’s Gott 2017, Wachau; Domaine Raveneau, Premier Cru Butteaux 2018, Chablis; Thibaud Boudignon, Clos de la Hutte 2019, Savenniers. Mis compañeros de cata, todos excelentes catadores, tuvieron claro que los vinos eran un albariño, un chardonnay de Chablis, un chenin blanc del Loira y un grüner veltliner, pero casar las botellas con la variedad fue otra historia, tanto que nadie consiguió unir las cuatro. La experiencia puso de manifiesto mi percepción y resultó sumamente didáctica.

            Otro eje con una importante sintonía es el de Jerez y Jura, unidas por las notas que ofrecen la elaboración de los vinos bajo velo de flor. A pesar de que los recuerdos a grappa tienden a delatar los vinos del Jura, en ocasiones distinguirlos a ciegas resulta complicado. Poco tiempo atrás, en una cata en la que, esta vez, yo era uno de los catadores a ciegas, nos enfrentamos a estos dos vinos: Luis Pérez, Fino La Barajuela 2013, saca 2017, Jerez de la Frontera; y Domaine Macle, Côtes de Jura 2015, Chateau Chalon. Todos sabíamos que eran de dichas zonas vinícolas, pero también intercambiamos el orden correcto de los vinos. Lección en toda regla y cura de humildad.

            Estos son ejemplos de que los vinos tienen sus propias peculiaridades, pero, también, muchos de ellos comparten características hasta el punto de que distinguirlos resulta complicado, sobre todo a ciegas. El maravilloso mundo del vino ofrece posibilidades infinitas y, sin embargo, algunas zonas vinícolas pueden darse la mano.

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