Las infinitas garnachas

Las infinitas garnachas

Por Juan Luis Vanrell

En términos generales, pues existen diferentes tipos, la garnacha es la variedad de uva tinta más extendida en España, aunque también tiene su peso más allá de nuestras fronteras. En nuestro país, encontramos garnachas con tipicidad propia en Aragón, La Rioja, Navarra, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Comunidad Autónoma de Madrid, Castilla León y Castilla La Mancha, incluso sería posible encontrar en otras comunidades. La garnacha reina en el sur de Francia (grenache), adquiriendo su máxima expresión en los vinos de Chateauneuf du Pape, donde suele ser la variedad predominante. En el Nuevo Mundo, tanto Estados Unidos, Australia, Chile y Sudáfrica, también tiene gran presencia, sobre todo en coupages.

A pesar de que todas ellas están unidas por el hilo conductor de su ADN, las garnachas de todas las diferentes zonas vinícolas nada tienen que ver entre sí y, sin embargo, todas son reconocibles como tales, muchas de ellas excelentes.

A su vez, tiene una elevada gama expresiva en cuanto color, aroma y sabor, lo que las convierte en camaleónicas. Pueden ser pálidas y frescas, especialmente en la Sierra de Madrid, pero también oscuras y potentes, con alta graduación alcohólica como en Aragón y Cataluña. Los suelos marcan mucho su forma de expresarse. Los pizarrosos y graníticos le aportan finura, mientras que los arcillosos y arenosos volumen y potencia controlada. Y, sin embargo, estas diferencias, que son importantes, no les restan un ápice idiosincrasia. Todas ellas destacan por su fruta roja, especialmente fresitas y cerezas, notas de chuchería y baja acidez.

La complejidad y grandeza del mundo vinícola deja su huella, como ejemplo, en esta variedad de uva. Nunca una variedad de uva se expresará de una forma concreta, sino que dependerá de múltiples circunstancias: país, zona, latitud, suelo, clima, etc. Ninguna botella puede saber igual, incluso podemos encontrar diferencias en botellas de idéntica marca de un mismo productor, pues el vino se expresa de forma diferente según los días (fruta, flor, hoja y raíz). La mano del hombre tiene su importancia, por supuesto, no obstante, nada es predecible, ni controlable, pues estamos sometidos a la voluntad del cosmos. Un ejemplo más de la grandeza del vino.

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