II Spanish Team Blind Tasting Championship: the Result

Resultado del Campeonato de España Cata a Ciegas por Equipos

Por Juan Luis Vanrell

El II Campeonato de España de Cata a Ciegas por Equipos tuvo lugar en uno de los salones del Hotel Las Arenas de Valencia. Un sitio perfecto para catar, tanto por luz como por espacio. El evento estuvo patrocinado por Valencia Plaza, Ribera de Feifiñans, Enoturismo Rías Baixas y Zalto, mientras que la organización, impecable, corrió a cargo de José Luis Aragunde y Daniel Monzonis (Eclectic Vins), más sus colaboradores. Un ejemplo de cómo hacer sencillo lo difícil.

Pocas veces una derrota sabe tan bien. Y no lo digo por los vinos, que en su mayoría eran estupendos, sino porque mis amigos Josep Gallego, David Carril, Felipe Pardo y Ramón Bonet, se proclamaron ganadores del Campeonato de España. El premio: representar a España en la final del World Tasting Championship, organizado por la Revue du Vin, que tendrá lugar en Avignon el próximo 2 de octubre. Su victoria es la recompensa al tesón, entrega y conocimientos que vienen demostrando desde muchos años en un mundo tan complicado como es el de la cata a ciegas. Espero que la suerte les acompañe en la final de Avignon, porque capacidades tienen de sobra para alzar el título mundial.

No existe cata a ciegas fácil, ninguna. Descifrar a ciegas la variedad, país, denominación o zona, productor y añada es tan complicado como divertido. Por mucho que uno crea saber de vinos, siempre hay una dosis de humildad. El sábado, muchos de los diecinueve equipos que participamos, nos llevamos una buena sobredosis al enfrentarnos a los ocho vinos enmascarados: Pascal Doquet (Francia), Georg Breuer (Alemania), Villa María (Nueva Zelanda), Martin Muthenthaler (Austria), Eduardo Torres Acosta (Italia), Philippe Pacalet (Francia), Casa Castillo (España) y Pandorga (España).

Mi equipo, formado por mis amigos -y excelentes catadores- Esteban Martinavarro, Mario Cardona, Salva Sanz y quien suscribe, tocó varios palos, pero no los suficientes como para cumplir el segundo objetivo, que era el podio, porque el primero, disfrutar del evento, lo cumplimos con creces.

El primer vino fue un champagne, algo que no nos generó dudas, tampoco la variedad, chardonnay, pero no acertamos ni el productor ni la añada. En el segundo de los vinos, la variedad tampoco supuso un problema, una riesling de Alemania, aunque sí la zona y aún más el productor. Optamos por el sur de Mosela cuando el lugar correcto era Rheingau. El tercero de los vinos fue un quebradero de cabeza. Muchos hidrocarburos, madera ahumada y muy corto en boca. Barajamos todas las posibilidades blancas hasta decidirnos, erróneamente, por una aligote de Borgoña, en vez de una grüner veltliner de Wachau. Obviamente, no sumamos puntos en este vino. En el cuarto tuvimos claro que se trataba de un vino de Nueva Zelanda, concretamente de Marlborough, aunque estábamos convencidos de que era una sauvignon blanc -al igual que la inmensa mayoría de participantes-, sin embargo, para sorpresa de todos, se trató de una chardonnay muy aromática. El quinto vino, y primer tinto, fue otro dolor de muelas. Capa media baja que no ubicábamos en ninguna de las variedades con tal característica. El punto verde hizo que nos decidiéramos por una caiño de Galicia, cuando se realmente se trataba de una nerello mascalese siciliana. No vimos el punto italiano por ningún sitio, aunque en algún momento estuvo sobre la mesa. El sexto vino fue el mejor de todos. Enseguida tuvimos claro que era una pinot noir de Borgoña, concretamente de Vosne Romanee. Efectivamente, se trataba de un Echezaux 2012 de Philippe Pacalet, aunque no dimos con el productor ni con la añada. El séptimo vino fue una monastrell de Casa Castillo (Jumilla). Sabíamos que delante teníamos un vino de notas mediterráneas por lo que optamos por una bobal de Utiel Requena, ya que no encontramos los aromas propios de la monastrell. El octavo y último vino fue una bomba de azúcar. Denso y concentrado, con notas de orejones confitados. Nos decantamos por una moscatel de Málaga, cuando realmente se trataba de una pedro ximenez de Jérez, concretamente, Pandorga de Ramiro Ibáñez.

Una excelente selección de vinos que dio el título en esta edición del Campeonato de España a Josep, David, Felipe y Ramón, quienes, además de tocar muchos otros palos, clavaron, prácticamente, el pinot noir de Pacalet y el Pandorga de Ramiro Ibáñez. Su victoria les lleva a Avignon, para pelear por el World Tasting Championship 2021, y han tenido el inmenso detalle de invitarme a participar como miembro del equipo. Allí estaré, para vivir, in situ, una de las mayores experiencias que se puede disfrutar en este apasionante mundo del vino.

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