Saint Emilion

Saint Emilion

La primera palabra que me viene a la cabeza a la hora de hablar de Saint Emilion es belleza. No en vano, en diciembre de 1999, cinco mil hectáreas de viñedo, repartidas en ocho de pueblos de la jurisdicción de Saint Emilion (Saint-Émilion, Saint-Laurent-des-Combes, Saint-Christophe des Bardes, Saint-Pey d’Armens, Saint-Étienne de Lisse, Saint Sulpice de Faleyrens, Vignonet y Saint-Hippolyte), fueron inscritas al Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Al excelso paisaje natural se le une el patrimonio histórico y arquitectónico de una ciudad medieval como Saint Emilion, donde sus iglesias románticas, calles empedradas, canteras subterráneas y una uniformidad extraordinaria hacen de este pueblo un lugar encantador, más aún si tenemos en cuenta la gran cantidad de tiendas de vino que ocupan sus locales comerciales.

En Saint Emilion, los suelos son muy variados, ya que podemos encontrar arcillas, margas, arenas, gravas y aluvión. La merlot es la uva predominante, aunque la cabernet franc, en una pequeña proporción, también tiene su peso, especialmente en los vinos de Chateau Cheval Blanc, donde prima sobre la merlot.

Los vinos de Sainte Emilion no se incluyeron en la clasificación de Burdeos de 1855. La primera regulación formal se realizó en 1955 y, a diferencia de sus vecinos del margen izquierdo, se revisa con cierta periodicidad, siendo la del año 2012 la última que se llevó a cabo.

Los vinos de la AOC Santi Emilion Gran Cru se dividen en Premiers Grands Crus Classés A (Château AusoneChâteau Cheval BlancChâteau angelusChâteau pavie); Premiers Grands Crus Classés B (Château Beau-SéjourBécot, Château Beauséjour, Château Bélair, Château Canon, Château Canon-la-Gaffelière, Château Figeac, Clos Fourtet, Château La Gaffelière, Château Larcis-Ducasse, La Mondotte, Château Pavie-Macquin, Château Troplong-Mondot, Château Trottevieille, Château Valandraud) y Grands Crus Classés (63 château).

Especialmente en los meses de primavera, Saint Emilion tiene una visita de tres o cuatro días, máxime teniendo en cuenta que la AOC de Pomerol, donde se encuentra el mítico Petrus, linda con ella. Alojarse en un château es la mejor opción para recorrer la zona y disfrutar de unos vinos que son un auténtico deleite para los sentidos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *