Por Juan Luis Vanrell
Champagne se sitúa a 150 kilómetros al nordeste de París. Pertenece a la región administrativa Champagne-Ardenne que, a su vez, está formada por cuatro departamentos: Ardennes, Aube, Haute-Marne y Marne. Las tres principales ciudades son Reims, Epernay y Troyes. Mientras que la zona de producción de la Appellation d’Origine Contrôlée (AOC) Champagne, según datos del año 2015, abarca 33.705 hectáreas y comprende 319 municipios.
Descontando los viñedos del sur de Inglaterra, Champagne es, junto con Mosela (Alemania), la zona más al norte del mundo en la que se elabora vino. Su clima es oceánico con cierta influencia continental. Los inviernos son húmedos y fríos, con frecuentes heladas, mientras que los veranos suelen ser templados. Cuenta con apenas 1640 horas de sol al año y su temperatura media anual es de 10,5 grados, al límite para la supervivencia de los viñedos. En ocasiones, estas extremas circunstancias suponen un problema de maduración de la uva, lo que obliga a muchos productores a chaptalizar, que es el proceso por el que se añade azúcar al mosto para favorecer la fermentación alcohólica.
Los suelos de Champagne son una de las claves de su éxito, pues en gran parte son calizos, de tiza, craie o creta, formados por la degradación de millones de conchas de moluscos. Este tipo de suelos aporta a los vinos finura y mineralidad, además de favorecer el drenaje, algo clave en una zona con una elevada pluviometría. En algunos lugares, la creta llega a tener un espesor superior a los 200 metros de profundidad, lo que ha permitido, gracias a su poca densidad y ductilidad, además de su estabilidad térmica (de 8 a 12 grados centígrados en invierno y verano), la formación de cavas naturales para el envejecimiento del champán. Existen miles de kilómetros de galerías en toda Champagne que, por su valor natural e histórico, han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad.
Por último, en Champagne existen siete variedades de uva autorizadas, sin embargo, tres de ellas copan el 99,7 % de todo el viñedo:
- PINOT NOIR (uva tinta): Representa el 39 % de la superficie total. Es la variedad principal en la Montaña de Reims y de la Cote de Bars, aunque también tiene representación en el Valle del Marne.
- PINOT MEUNIER (uva tinta): Ocupa el 33 % del viñedo. Es la variedad propia del Valle del Marne y de gran parte de la cara norte de la Montaña de Reims.
- CHARDONNAY (uva blanca): Supone el 28 % de la superficie plantada. Es la variedad reina de la Cote de Blancs, también en la Côte de Sezanne y en Montgueux, en el Aube. Adquiere su máxima expresión en los suelos calcáreos.
Las otras cuatro variedades minoritarias autorizadas, que representan solo el 0,3 % de la superficie del viñedo, son la Arbane, Pinot Blanc, Pinot Gris y Petit Meslier.
Tras estos breves apuntes teóricos sobre Champagne, procede empezar con la parte práctica, así que abramos botellas de diferentes zonas, variedades y productores, porque las posibilidades son infinitas y todas ellas atractivas.